ARTICULOS
REFLEXIONES ACERCA DE MI CAMINO
16-01-2023
Sensei Zimmermann me ha honrado inmensamente con el grado de Rokudan, y ello me conlleva a esbozar una serie de reflexiones sobre algunas cuestiones en mi camino del Aikido.
El otro día le contaba a Sensei que cuando inicié mi práctica, mi máximo ídolo era un 2o kyu. Lo miraba en el tatami y pensaba que jamás iba a llegar a ese nivel de sofisticación. El tiempo siguió pasando, como es su naturaleza, y mi ejemplo "a imitar" abandonó la práctica sin haber llegado a 1er kyu. Yo continué practicando; el Aikido era una fiebre que ocupaba y consumía toda mi vida, como un fuego que no se agota. Imagino muchos lectores comparten ese sentimiento.
Kurata Sensei frente a la situación de exámenes de Shodan, nos solicitaba que hiciéramos un escrito sobre Aikido para considerar la graduación. Desde luego esto implicaba un grado más alto de estrés para muchos, pero para mí no, ya que por ése entonces era bastante inconsciente. ¿Sobre qué escribir teniendo en cuenta la vastedad del tema? ¿Aspectos técnicos, filosóficos, experiencias personales en el tatami? Es un tema inagotable. Y cuando le preguntaba al Maestro sobre qué en particular debía escribir, él respondía divertido "sobre lo que usted quiera". Dejando de lado las innumerables tonterías que plasmé en ése escrito fácilmente olvidable, solo resiste el paso del tiempo (a mí modesto ver y entender), algo que releí de mi escrito hace un mes atrás, que el Aikido significa para mí Belleza, Alegría y Misterio.
He atravesado, como tantos, como todos, momentos muy difíciles en la vida, momentos duros, momentos en los cuales me pregunté cómo seguir. Afortunadamente tenía el Aikido y la familia del Aikido. Siento que el Aikido siempre está "ahí" para ayudarnos, para fortalecernos, elevarnos, crecer, tolerar lo intolerable. Es verdaderamente muy difícil hablar del Aikido, y no porque sea un concepto abstracto, que no lo es, al contrario es muy real y concreto, sino porque su significado y los efectos del desarrollo que ocurren durante su aprendizaje son tan complejos que hacen de ésta una tarea muy ardua.
Siempre tuve una experiencia muy personal con respecto a cuando me informaban que debía rendir examen para una nueva graduación, tanto de kyu como de dan -la excepción fue cuando tomé el examen de shodan, ya que como dije, era muy imprudente-, y es que nunca me sentí con la capacidad o el merecimiento para avanzar al nuevo rango, un sentimiento que sobrepasaba el momento de la graduación. Pero luego de un tiempo considerable, algo extraño, algo incluso mágico sucedía en donde sí, efectivamente, me sentía dueño de ése cinturón o graduación. Es algo muy subjetivo, como casi todo.
Creo que si mal no recuerdo Yamaguchi Sensei afirmaba que el Aikido era una actividad que pertenecía al hemisferio derecho, para explicar la complejidad de su aprendizaje y el refinamiento de sus movimientos. Cada vez que subo al tatami sucede algo nuevo, es un desafío permanente y un descubrimiento perpetuo.
Estoy muy agradecido a mis maestros por la generosidad, la paciencia, el conocimiento, el tiempo y la nobleza que me brindaron. Sin ellos jamás podría estar en éste lugar del camino, y las equivocaciones o torpezas que pueda tener en la práctica son errores completamente míos. Gracias, muchas gracias por el regalo maravilloso del Aikido que continúa manifestando en todo momento la Gracia, la Belleza, la Alegría y el Misterio.
Adolfo Calatayu Shidoin
Rokudan
Dojo-cho Shinka Dojo, Argentina
PENSAMIENTOS
25-05-2022
En los "Pensamientos" de Pascal nos encontramos con que "nuestra naturaleza consiste en el movimiento; el pleno reposo es la muerte". Existe aquí, desde luego, una afirmación tácita, vinculada a un aspecto estético: La Belleza es movimiento, acción; la fealdad es la Belleza en reposo.¿Acaso el Aikido no expresa en su sentido más absoluto la Belleza y la casi perfección del movimiento, es decir, la circularidad?¿Acaso no es verdad la afirmación de Kandinsky acerca de que "la forma es la expresión exterior del contenido interior"?.El Aikido es alegría, belleza, intuición y misterio, aunque a veces sea inevitable la tentación de la razón: la estructura de la explicación (somos occidentales, herederos del pensamiento cartesiano); sin embargo es obvio que el pensamiento del movimiento es, de hecho, una negación del movimiento, por lo tanto deberíamos pasar de un pensamiento del movimiento -que lo destruye- a una experiencia del movimiento que lo funda, lo recrea.El movimiento no es es pensamiento ni tampoco una hipótesis, el movimiento es un hecho, la praxis, lo real.
El Aikido es movimiento, es el Tao de la acción corporal, la misma espiral de cambio.El Aikido no es sólo un desafío, sino una oportunidad, una posibilidad de trascendencia, a través de su idea de "eje", de "centro". Se aspira a que el practicante descubra su propio centro, ¿Qué significa ésto?Dejando de lado la cuestión mecánica o mejor dicho física, tengo la impresión que se refiere a encontrarse, dejar de buscar reconocimiento. Encontrar nuestro propio centro asumo que es verificar que nuestra conducta, nuestras coordenadas psicológicas -por así decir- estén alineadas al sentido de nuestra existencia, al objetivo que tenemos y a lo que aspiramos a ser.Estar alineados en definitiva quiere decir: pensar, hacer, decir y sentir de acuerdo en un todo al destino que nos proponemos, que anhelamos.El Aikido es entonces una ética, una estética, un camino o una oportunidad? Depende, como siempre, absolutamente de nosotros.Adolfo Calatayu 5to DAN AIKIKAI
EL VERDADERO PROPOSITO
29 . 05 . 2022
El verdadero propósito del Aikido es el acceso a una vida más rica e intensa. La fuerza es inútil en el colchón si no hay comunicación con otros en la vida diaria. Perfeccionando nuestras reacciones y el esfuerzo que ponemos tatami para mejorar nuestro comportamiento y nuestras relaciones con los demás. En el colchón, escapar es imposible, es necesario enfrentar al oponente con confianza y autocontrol. La meditación es un ejercicio muy útil pero la meditación dinámica del Sr. Aikido nos permite alcanzar la calma y concentrarnos en medio del peligro. Abramos nuestro espíritu, capturemos las vibraciones de otros y neutralizemos la agresión.
Mitsugi Saotome Sensei
¿QUE ES EL AIKIDO?
29. 05. 2022
En un momento u otro, a todos los practicantes se les ha hecho la pregunta « ¿Qué es el aikido?» Incluso los practicantes avanzados tienen dificultad en aportar una contestación precisa. Es más, por otra parte, la gente que ve movimientos y técnicas de aikido por primera vez se siente confundida a escéptica y les surgen muchas dudas y preguntas. Esta gente se puede dividir en dos grupos:
El primer grupo lo constituyen aquellos que miran el aikido con ciertas suposiciones sobre las artes marciales, basadas en lo que han oído o leído. Al ver demostraciones de aikido, su reacción general es la de la decepción, porque esperan ver una exhibición de fuerza bruta, combate, violencia e incluso técnicas letales. A primera vista, el aikido, con sus bellos movimientos circulares, parece ser no-violento e incluso pasivo. Se escuchan frecuentemente comentarios tales como: «Todo parece estar ensayado y planeado.» «No hay culminación, no hay clímax en los movimientos.» «En una situación crítica sería inservible.» Y así sucesivamente. Estas críticas son comprensibles y vienen especialmente de los jóvenes, que buscan emociones en la victoria y en la conquista, o de aquellos que poseen ideas preconcebidas sobre las artes marciales, como las que consideran que éstas consisten en gritar, sisear, dar patadas, golpear y destruir gente.
En el segundo grupo se encuentran aquellos que han conocido las artes marciales modernizadas, especialmente sus modalidades competitivas, y contemplan el aikido desde esa posición ventajosa. Sus críticas son variadas: «¿Por qué el aikido no tiene campeonatos como el judo, el karate y el kendo?» «¿Por qué se limita a demostraciones públicas, que se convierten en tediosas una vez que has presenciado una?» «Puesto que no hay campeonato es imposible decir quién es fuerte y quién es débil, quiénes son principiantes y quiénes son alumnos avanzados.» «Sin campeonatos nadie practica ni entrena seriamente.» Una vez más, la crítica es comprensible, ya que la gente generalmente quiere ver quién tiene la mejor técnica y quién es el más fuerte.
Aunque ingenua, otra pregunta comúnmente formulada es: «¿Puede uno ganar una pelea si sabe aikido?»
Todas estas preguntas y críticas son simplistas y superficiales, revelando la ignorancia del principio básico del aikido y el concepto erróneo sobre la principal característica de las artes marciales: el entrenamiento del espíritu.Si una persona que no tiene auto disciplina quiere presumir de su destreza física y aspira a aprender aikido, solamente por su técnica de lucha, se le invitará a marcharse.
Sin practicar efectivamente aikido con alguna paciencia y experimentar de primera mano este arte, las preguntas no serán nunca contestadas con plena satisfacción.
En el aikido, el entrenamiento efectivo es la única manera de captar su significado y de extraer algún beneficio, tangible o intangible. La mayoría de los practicantes de aikido han pasado por este proceso: comenzando con dudas y preguntas, se han iniciado en la práctica y han ido conociendo gradualmente el método y la forma del aikido. Más tarde experimentan su irresistible atracción y, finalmente, llegan a comprender en alguna medida su profundidad sin fondo. Quien haya pasado por este ciclo habrá aprendido algunas cosas que hacen del aikido un arte marcial único.
En primer lugar, quedará sorprendido. Contrariamente a la apariencia blanda que se ven las demostraciones públicas, el aikido puede, en realidad, ser «duro», vigoroso y dinámico, con fuertes presas de muñeca y golpes directos (atemi), y, a pesar de lo que uno pudiera creer, contiene diversas técnicas devastadoras, especialmente las destinadas a desarmar y someter al enemigo.
Después se sentirá perplejo al descubrir lo complicado y difícil que resulta, en el nivel de principiante, ejecutar las técnicas y movimientos básicos, como las caídas (ukemi), la distancia adecuada (ma-ai), entrar (irimi) y otros movimientos corporales (tai-sabaki). El hecho es que el cuerpo entero, no solamente los brazos y las piernas, se debe mover continuamente de forma coordinada, y esto debe hacerse con rapidez, vigor y potencia, y, con el fin de actuar suave pero rápidamente, se requiere un extraordinario grado de concentración mental y de agilidad, de equilibrio y de reflejos.
También comprenderá la importancia del control de la respiración, que incluye la respiración normal, pero también mucho más, algo que conecta con la energía del ki. Este dominio del poder de la respiración es básico en la ejecución de cualquier ejercicio y asegura la continuidad del flujo en los movimientos. Es más, está íntimamente conectado con la filosofía del Budo desarrollada por el Maestro Ueshiba, como veremos más adelante.
Por último, mientras el alumno avanza se irá asombrando del infinito número de técnicas, con sus variaciones y aplicaciones, todas caracterizadas por la racionalidad y la economía de movimientos. Hasta tanto no experimente la complejidad de los movimientos del aikido, no podrá apreciar el valor central del ki, tanto personal como universal.
Y entonces empezará a sentir la profundidad y refinamiento del aikido como arte marcial. En una palabra, sólo a través del entrenamiento efectivo en el aikido se da uno completa cuenta de la dimensión crucial del budo: entrenamiento constante de la mente y del cuerpo como disciplina básica para los seres humanos que caminan por el sendero espiritual.
Sólo entonces puede uno apreciar plenamente el rechazo de competiciones y concursos en el aikido, y la razón de las demostraciones públicas, que son una muestra del entrenamiento constante y no de la habilidad del ego
Kishomaru Ueshiba.
SEA SINCERO
29 . 05. 2022
No sólo en el Aikido, sino cuando esté estudiando cualquier tema, la franqueza es esencial. Algunas personas, debido a su propia experiencia o a conocimientos anteriores, son incapaces de aprender las cosas abiertamente. Estas personas tienen lo que llamamos malos hábitos. Ellas juzgan las cosas únicamente sobre la base de sus propias y estrechas experiencias anteriores y creen que sólo es bueno lo que les gusta y malo lo que no es así. Este no es el camino del progreso. Digamos que tenemos un vaso lleno de agua. Si tratamos de echar dentro de él más líquido, éste se derramará al exterior y sólo una ínfima parte quedará en el vaso; el resto se perderá. Si, en cambio, vaciamos previamente el vaso, se podrá colocar en él bastante cantidad de nuevo líquido. Si su cabeza está atiborrada de esto y aquello, por buenas que sean las cosas nuevas que usted intente aprender, no cabían en su cabeza. El ser franco y sincero es una buena manera de vaciar su cabeza del contenido inútil anterior. El Aikido es la disciplina que le permitirá hacer grandes progresos al trasladarse de un mundo que da primacía al cuerpo a otro que se centra en el espíritu, de uno que piensa en función de dualidades a otro que piensa en integraciones y de un mundo de lucha a otro de paz. Es como pasar del mundo de las ondas sonoras al supersónico. Si usted no estudia el Aikido con toda humildad no podrá retenerle y lo perderá indefectiblemente. Algunas personas deciden de una vez por todas y de todo corazón que no volverán a creer las palabras de ninguna otra persona. Quizás creen que si no desconfían de todo el mundo alguien les engañará. Todas las cosas son susceptibles de una interpretación positiva y otra negativa. La sospecha constante indica sólo interpretaciones negativas y la incapacidad de pensar bien aún de las cosas absolutamente positivas. Es también peligroso, sin embargo, el creer todo lo que se oye, porque usted no puede saber hasta dónde puede conducirle semejante credulidad. Aun así, el hombre que está dispuesto a dudar de todo el mundo y de todas las cosas llevará su vida dudando de sí mismo.
Koichi Tohei